Los ambientes de trabajo en la Escuela Rural

Artículo escrito por Homero Grillo publicado por la Revista Rumbo del Instituto Cooperativo de Educación Rural. Número 4 Febrero-Marzo de 1963

El Programa para Escuelas Rurales al tratar “Ideas Generales” –“Seres y Fenómenos de la Naturaleza” – Actividades Agronómicas”, expresa: “Toda escuela rural debe tener su jardín, huerta o granja y su taller, por pequeños que sean. Estos elementos son tan importantes como el salón de clase”.

 “En ellos se realizarán las actividades que se establecen en este Programa. Jardín, huerta, taller, salón, son dependencias que tienen la misma jerarquía y en ninguna de ellas los alumnos estarán por excepción o en circunstancias especiales. Son los distintos ambientes donde se desarrollarán sus actividades habituales”

La experiencia nos dice que esta jerarquización de dependencias mejoró la enseñanza en el medio rural, haciéndola correcta, viva, accesible y sobre todo lógica por adecuarla al medio.

El aumento de sectores le ha planteado al maestro, falto de especialización, problemas que no siempre ha podido resolver satisfactoriamente en todos su aspectos.

En este trabajo se pretende entregarle algunas sugerencias que le ayuden a ubicar las distintas dependencias o sectores de una escuela rural y a la vez, a ubicarse en ellas.

No se pretende que el educador sin especialización emprenda simultáneamente actividades en todas las dependencias que menciona el Programa, desde el momento que inicia sus funciones en la escuela rural, pero sí que en su planificación anual figuren aspectos de trabajo que incluyan frecuentes actividades en algunos de esos sectores.

Existe buena información respecto a cómo debe ser el salón de clase, en lo concerniente a materiales, orientación, iluminación, ventilación, cubaje, mobiliario, etc., muy poco o nada se ha escrito sobre los restantes ambientes de trabajo de una escuela rural, especialmente en lo relativo a ordenamiento y generalidades de los mismos. Corresponde aclarar que también maestros con experiencia de trabajo en escuelas rurales encontramos dificultades para efectuar una acertada distribución.

Por su formación, el maestro está habituado a trabajar dentro del aula, utilizando elementos que en cierto modo “le obedecen” por serles muy conocidos dado que están vinculados a estudios realizados en sus años de estudios primarios. Por ejemplo: para la construcción de ángulos ha utilizado siempre compás, escuadra o semicírculo; en consecuencia cualquier actividad realizada en este aspecto, dentro del aula, no ofrece mayores dificultades. No ocurre lo mismo cuando hay un cambio de ambiente de trabajo. Por ejemplo, al tratar de que sus alumnos tomen las medidas del predio a fin de hacer el plano, que servirá de base a una serie de importantes trabajos, el maestro se encontrará con que éste se presenta en forma irregular, sus ángulos difíciles de medir debido a los accidentes del terreno, la existencia de setos, la falta total de alambrados, mojones o buenos puntos de referencia, o simplemente porque no se estudió bien el método que se había de emplear de acuerdo con las circunstancias o dificultades a vencer.

Esto, que puede suceder al realizarse actividades fuera del aula, de pasar, será siempre experiencia valiosa para el maestro que buscará la forma de vencer las dificultades halladas, dejando así un saldo positivo.

En cambio, no establecer en el sitio adecuado cada sector de trabajo o de recreación, o no ubicar en lugar apropiado los medios de defensa contra los agentes atmosféricos, setos, montes de abrigo o árboles de sombra, ha de provocar inconvenientes que difícilmente podrán subsanarse en el futuro.

A fin de que se puedan cumplir a través de los años las distintas etapas planificadas con el objeto de crear las condiciones adecuadas para un buen ambiente de trabajo, todo lo proyectado en este aspecto debe quedar registrado en un plano detallado.

Esto permitirá, a todo nuevo maestro que llegue a la escuela, continuar sin tropiezos la labor iniciada por sus antecesores.

En primer término debe considerarse que, salvo rara excepciones, hay sectores que son comunes a toda escuela rural: huerta, jardín, taller, patios de juego, con sus lugares sombreados y protegido el conjunto por líneas de abrigo bien ubicados.

En algunas escuelas, especialmente en las Escuelas Granjas, además de las dependencias mencionadas, suele contarse con gallinero, apiario, porqueriza, monte frutal, forestales, chacra, etc.

Las características de la escuela, zona y predio escolar, figuran entre los principales elementos que condicionan la existencia de algunos de los sitios mencionados en último término.

La distribución a realizar exige el estudio particular de cada sector o elemento que formarán el todo, pero sin perder de vista el fin que le pueda corresponder en el conjunto, ya que de la acertada ubicación que se le asigne a cada uno, dependerá en gran parte su funcionalidad.

 

Primeras actividades

En primer término se estudiarán las características del terreno en lo que se refiere a accidentes, calidad, exposición, posibilidades, dimensión, levantándose un plano del mismo, en el que se ubicará el edificio escolar y demás construcciones, si las hubiera.

Será éste un trabajo a realizar entre alumnos y maestros y dará material para ejercicios de aritmética, principalmente en lo que tiene que ver con sistema métrico y escalas, geometría, lenguaje, consultar al Código Rural (amojonamiento, cercos, caminos, construcciones sobre los mismos) y muy especialmente todo lo relacionado con problemas de orientación, tan vinculados a la realización de la planificación o estudio.

 

 

Abrigos

Puede proseguirse determinando lugares donde corresponde colocar cortinas de abrigo, procurando:

1º) Proteger con árboles de hoja permanente, el sector de 135º comprendido entre el Este y el Sudoeste, pasando por el Sudeste y el Sur.

2º) El sector de 90º que va del Sudoeste al Noroeste, pude ser defendido con árboles de hoja caduca que protegen los edificios de los últimos rayos solares del día, en los meses de verano, pero no los interceptan en   los de invierno.

3º) Cada metro de altura en los setos, proyecta teóricamente un abrigo que alcanza a unos diez metros de distancia.

4º) Los edificios con frente orientado al Sur, para no ocultar totalmente la visión, pueden protegerse con una cortina rompevientos de ciprés piramidal, plantados en línea y a m. 1.50 de planta a planta. Por su desarrollo y sistema radicular este vegetal es muy indicado para la formación de abrigos. Hay que tener en cuenta que, como todas las coníferas, es perseguido por las hormigas.

5º) En abrigos a colocar cerca de los edificios y predios cultivados  no son aconsejables las cortinas formadas por eucaliptos, transparentes, plantas de muy alto porte, de fuerte sistema radicular o por aquellas que tengan propensión a perder sus ramas inferiores.

 

 

Huerta

huertaEn el folleto Nº 6, “La actividad hortícola sugerencias para el maestro rural”, publicado en agosto de 1962 por el Instituto Cooperativo de Educación Rural se dan indicaciones generales sobre este sector.

Muy sintéticamente puede aclararse que la huerta debe estar ubicada próxima al salón de clase y bien cercada a fin de evitar los disgustos e inconvenientes que pueden motivar los destrozos ocasionados por animales mayores, gallinas, etc. Por el mismo motivo se procurará que no se encuentre junto a canchas de fútbol, voleibol o básquetbol y, de ser posible, se destinará a ella la mejor tierra del predio, con exposición Noroeste o inmediata. Su superficie puede estimarse en unos diez metros cuadrados por cada persona que haga uso del comedor.

 

Jardín

El jardín se iniciará en el portón de entrada, provocando grata impresión al que llega

En general, cuando en la escuela existe jardín, su forma se ajusta al tipo simétrico y la elección debe haber correspondido al deseo de aplicar formas que entreguen material para la realización de algunas actividades docentes.

Si bien esta forma está de acuerdo, técnicamente, con las dimensiones que en la mayoría de los casos puede tener todo jardín escolar, la práctica ha demostrado que es más conveniente el jardín paisajista, formado a base de grandes curvas, marcadas por borduras de santonina, violeta, pasto inglés, echeveria, mesembriantemun o rayito de sol, portulacas, lacito de amor, boj o cualquier otra planta indicada para este fin.

Conviene enjardinar los lugares menos transitados, formando canteros angostados, de uno y medio a dos metros de ancho, ubicados junto a cercos, límites de patios, muros o paredes. Pueden enjardinarse también lugares próximos a pequeños setos formados con ejemplares a los que, además de limitarles el desarrollo plantándolos muy cerca, se les somete a podas: ej. algunas variedades de evónimos, boj y crategos o lantana, tuhia, feucrium, membrillero de jardín, etc.

Muchas veces estos setos tienen por fin separar el jardín de la huerta o delimitarlo formándole a la vez agradable marco.

El jardín paisajista, además de hermosear una zona muy amplia del predio escolar, presenta la ventaja de que se puede cultivar muy fácilmente por ocupar una superficie muy inferior a lo que aparenta. Con él se embellece la escuela, dejando amplios espacios para que los niños puedan correr libremente, sin la tortura que supone para todos el constante cuidado exigido por la presencia de canteros situados en el centro de los patios de juego o en sitios de tránsito obligado.

Cabe agregar que, cuando se aíslan canteros, se procurará que por la elección del lugar, forma y disposición de los mismos, se contemplen las indicaciones ya especificadas.

 

Patio de recreo

Destinar a patio de juego aquella zona que permita la máxima vigilancia del alumnado. Con el mismo fin se evitará la formación de macizos de arbustos y se mantendrán bajos los setos, exceptuándose los de   abrigo.

La superficie del patio estará libre de pozos e irregularidades y se facilitará el rápido escurrimiento de las aguas de lluvia.

De instalarse en él cancha de voleibol, orientarla de manera que perjudique lo menos posible las plantas existentes.

A fin de dotarlo de buena sombra, se plantarán algunos forestales de hoja caduca: paraísos o arce negundos, fresnos, tipas, plátanos, etc.

Al distribuirlos se procurará:

a) No colocarlos muy cerca de los edificios, sobre todo si existiera aljibe o pozo que recoja el agua de los techos. Este detalle importa también para la buena conservación de los cimientos del edificio;

b) Efectuar la distribución de las plantas previendo la posibilidad de que puedan instalarse en el futuro aparatos de deportes: columpios, tobogán, sube y baja.

c) No plantarlos muy cerca del enjardinado pues el fuerte sistema radicular del forestal perjudicará las borduras, arbustos y demás plantas del jardín.

No encontramos conveniente que se planten frutales en los patios de juego.

Creemos que toda realización que además de facilitar la labor docente, contribuya a embellecer la escuela y a darle la funcionalidad ya mencionada, contribuye también a despertar en los alumnos no sólo sentimientos estéticos sino que preparan al niño, futuro jefe de hogar, para enfocar a su debido tiempo y con acertado criterio, los distintos problemas relacionados con la vivienda campesina y sus sectores de trabajo.

Estas serían las principales sugerencias tendientes a favorecer las actividades a realizarse en cualquier escuela de nuestra campaña, de acuerdo con el espíritu del Programa para Escuelas Rurales.

A ellas pueden agregarse comentarios relacionados con otras dependencias de trabajo ya existentes en algunas Escuelas Granjas y que ya mencionamos al iniciar este trabajo: gallinero, apiario, pequeña chacra, porqueriza, monte frutal, forestales, etc.

 

Gallinero

 El Programa fija la conveniencia de que el niño críe “aves o conejos; abejas o gusanos de seda; cerdos u ovinos”… “extrayendo todas las enseñanzas posibles de su evolución y crecimiento”. Y más adelante: “En la crianza de aves se tenderá a racionalizar la producción avícola, a fin de superar los métodos corrientes en el medio. Será conveniente realizar las prácticas siguientes: individualización de las aves y uso del nido trampa; control de postura; producción de huevos sin galladura; selección de huevos; uso del ovoscopio. Razas y propósitos. Alimentación racional de las aves: su comprobación experimental. Incubación y cría. Construcción e higiene del gallinero. Enfermedades, parásitos y modo de combatirlos. Conservación y utilización de los productos. Comercialización. Costos de producción”.

Probablemente sea la avicultura la actividad granjera que más ha evolucionado en los últimos años. Rápidamente se han modificado métodos de trabajo y nuestra avicultura es en estos momentos una actividad que incorpora técnicas correctas y en la que se tiende a que cada productor se ocupe sólo de algún aspecto de la producción.

Por lo expuesto entendemos que el maestro debe ser cauteloso respecto al enfoque de la actividad en este sector ya que si realiza en la escuela un trabajo deficiente, la experiencia será negativa para el progreso de la zona.

Es una actividad a realizarse por maestros muy afincados al lugar, que puedan recibir buen asesoramiento o conozcan la técnica del trabajo. Son también hechos a tener en cuenta: la proximidad del mercado o los medios de comunicación para enviar los productos, posibilidades de conseguir raciones balanceadas con regularidad; poder resolver rápidamente los problemas sanitarios.

De acuerdo con la división de trabajo mencionado, han aumentado las posibilidades de efectuar en la escuela positivas experiencias.

Y finalmente, la aclaración de que, aunque no se construya gallinero, en el plano se marcará igual que los demás sectores el lugar del predio que en cualquier momento puede ser utilizado con este fin. La elección se hará teniendo en cuenta que sea un sitio de fácil vigilancia y situado en terreno con buena caída que facilite el escurrimiento de las aguas de lluvia.

 

Apiario

El trabajo de apicultura en la escuela estará determinado en primer lugar por las condiciones melíferas de la zona y para la ubicación de colmenas en el predio pueden atenderse las siguientes sugerencias:

-que desde el lugar elegido puedan orientarse las piqueras preferentemente hacia el Nordeste,

-que el lugar situado frente a las piqueras sea poco transitado y relativamente libre de obstáculos ya que en él estará la zona de vuelo de las pecoreadoras y de las abejas jóvenes que inician su aprendizaje de vuelo;

-que las colmenas reciban sombra en verano de árboles de hoja caduca. De no existir dicha sombra se plantarán los forestales necesarios para proporcionarla.

 

Chacra

La pequeña chacra puede y suele trabajarse con la colaboración del vecindario.

Permite la obtención de buenas cosechas de papas, zapallos, boniatos y alguna otra leguminosa, productos todos empleados en el sostenimiento del comedor escolar.

Los miembros de la Comisión de Fomento Escolar y vecinos que luchan   por su escuela pueden ayudar a determinar la ubicación de su chacra según el tipo de tierra, superficie, facilidades para cercarla y algún otro detalle que puede ser importante en cada caso particular.

 

Porqueriza

La existencia de chacra y el funcionamiento del comedor escolar permiten engordar en dos o tres meses algún cerdo el que, faenado a mediados de año, mejorará sensiblemente la dieta escolar.

La porqueriza se construirá algo alejada del edificio escolar y de ser posible hacia el Oeste por ser poco frecuente que esté el viento de ese sector.

 

Frutales

Es ésta una de las actividades agronómicas que resulta más grata al alumno y da mayores satisfacciones al maestro.

En el reino vegetal, el árbol representa en alto grado, además de la estética, lo permanente y lo útil.

Las enseñanzas y realizaciones de la escuela en este terreno, capacitan al niño para comprender los más diversos problemas y se traduce en testimonio vivo de una labor que se proyecta hacia el futuro en la realidad del árbol generoso.

Además la pequeña disconformidad de algún vecino por el hecho de que sus hijos realicen determinados trabajos en la huerta o jardín, se transforma en complacencia cuando la actividad gira alrededor de injertado, poda o cura de porquerizafrutales.

Generalmente en este aspecto la escuela puede llenar déficit; de ahí la reacción favorable.

Dadas las dificultades existentes en la casi totalidad de las escuelas rurales para cercar y trabajar el predio destinado a huerta, puede aconsejarse como solución aceptable el cultivo mixto de la huerta y el monte frutal.

Aunque técnicamente no represente una solución correcta, distribuyendo acertadamente las clases de frutales y podando los árboles a medio viento, pueden lograrse resultados satisfactorios.

Por ejemplo: si se trabajara sobre el plano de huerta del folleto Nº 6 ya mencionado, pág. 3, podrían plantarse 4 filas de frutales a 6 metros de distancia entre fila y fila, con seis árboles en cada fila a m. 4.30 entre uno y otro.

La línea de citrus o primera fila, se ubicaría paralelamente al seto de abrigo plantado junto al límite Sudeste y a cuatro metros de dicho límite, colocándose el mandarino del extremo de la fila a m. 2.50 del límite Nordeste. El limonero del extremo opuesto a m. 3.50 del límite Sudoeste.

La segunda fila correspondería a manzanos; la tercera a perales y membrilleros; la cuarta a durazneros y ciruelos.

Con esta distribución se busca eliminar en lo posible la sombra que proyectan los árboles de hoja permanente; escalonar los árboles en atención a su longevidad, evitando así los claros en el monte.

De estimarse conveniente se pueden eliminar los árboles situados próximos al límite sudoeste, a fin de respetar los canteros destinados a almácigos.

Al elegir las variedades de manzano y peral se tendrán en cuenta las polinizadoras correspondientes; el franco como porta injerto de los árboles de pepita y carozo; el poncirus trifoliata para la mayoría de los citrus, si la tierra fuera arcillosa; el naranjo dulce como patrón o porta injerto para tierra arenosa.

 

Forestales

De acuerdo con lo expuesto sobre forestales, parecería que es secundaria su importancia en la vida de la escuela y que su misión se limita a formar setos de abrigo o a proporcionar sombra en patios de juego, piquetes, apiario o gallinero.

Su cometido es mucho más trascendente. El árbol es un elemento vivo, “una obra de la naturaleza que no puede ser superada por el más hábil artista”.

Esa belleza puede manifestarse principalmente en el pequeño parque forestal que complementa el jardín escolar; rodeando al escenario para las fiestas escolares construido al aire libre, haciendo que sus plantas de gran porte proporcionen abundante sombra al público asistente; marginando, a conveniente distancia, la cancha de voleibol.

Cumplirá también el árbol, una función útil, forestando con variedades adecuadas aquellos lugares del predio perdido por la erosión u otras causas, haciendo realidad el criterio de que los campos a forestar en nuestro país deben ser preferentemente aquéllos que están perdidos para otro tipo de explotación.

La escuela tiene además campo para su trabajo docente y social, formando pequeños viveros o estaqueados, contribuyendo así a difundir en su zona de influencia valiosas variedades forestales.

 

Piquete

Sobre el piquete caben también algunas consideraciones. Teniendo en cuenta la superficie corriente de los predios escolares y las exigencias de los equinos respecto a la superficie de pastoreo por animal, no parece lógico destinar a pastoreo de   los caballos de los alumnos gran parte del predio. En primer término existen otras necesidades a llenar, entre las que se destacan las originadas por el funcionamiento del comedor escolar y el pastoreo para alguna lechera.

La superficie del piquete será pues reducida pero cumplirá la función de permitir que se desensillen y suelten los caballos, eliminando la permanencia de animales enfrenados durante muchas horas o el peligro de animales enredados en sogas, cadenas o maneadores.

Será preocupación de maestro y vecinos, el dotar al pequeño piquete de algunos forestales, preferentemente de hoja caduca, a fin de proteger los animales en las horas de fuerte sol.

Si no fuera posible aislar algún rincón del piquete para defender los árboles en sus primeros años de vida, puede plantarse una fila próxima a la línea del alambrado que lo limita por el lado Norte, si corriera el alambrado de Este a Oeste o en algunos de los semicardinales inmediatos si fuera otra la orientación. En este caso se dará preferencia al límite Noroeste.

Una última sugerencia: así como es difícil dar buen pastoreo en el pequeño predio escolar es aconsejable, en aquellas escuelas en que se disponga de agua corriente, se instale en el piquete un bebedero, con flotador si es posible, de muy bajo costo, construido con hormigón armado.

Hemos visto cómo el Programa determina algunos ambientes de trabajo. La práctica nos muestra que el predio entero puede serlo, así como lo es también el camino que pasa frente a la escuela al que medimos con los alumnos para comprobar si es nacional, departamental, vecinal, o senda de paso. Lo es también el predio del vecino, cuando entramos a él, previa autorización, para estudiar un alambrado, observar sus materiales, confrontar sus medidas con las que establece el Código Rural, o cuando lo hacemos para reconocer y seguir una línea divisa de aguas, observar un animal, un árbol, un cultivo, una actividad mecanizada. O cuando cumplimos el pedido del vecino que nos envía medidas para que le hallemos con los niños la superficie de su chacra; cuando debemos trasladarnos a ella para completar la información tomando alguna medida omitida o buscando la de algún ángulo. Lo es en forma más imprecisa el predio de cada vecino cuando buscamos promedios de superficies, rentas o producción.

Vemos así, cómo la expresión de don Agustín Ferreiro “La escuela debe llegar hasta el último centímetro cuadrado de su distrito escolar”, dirigida principalmente a la labor social del maestro en el medio rural, tiene también amplia vigencia en el trabajo docente.

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