Palabras del Maestro José Pedro Núñez

 

Algunas ideas rectoras del pensamiento pedagógico de Homero Grillo

Trataré de mantenerme en el plano estrictamente conceptual  por el tema que se me ha pedido en el caso particular y porque creo que es el mejor homenaje que se le puede  hacer a Grillo: mirar las cosas con sentido prospectivo.

Me corresponde analizar algunas ideas rectoras del pensamiento pedagógico de nuestro Maestro con mayúscula.

Yo diría que podemos sintetizar cinco o seis aspectos que se destacaron notoriamente en su hacer pedagógico.

El niño como agente de su propia formación

El primer aspecto es el de considerar  al niño como agente de su propia formación.
Una cosa que nuestro Programa  de aquella época lo decía claramente pero que nadie mejor que Grillo lo sabía  concretar en hechos de todos los días.
Yo creo que la mejor manera de hacerlo  también es hacerlo con algunas palabras de Grillo y por eso he traído algunos documentos de aquella época.

Decía Grillo: “Es un esfuerzo que puede pedirse a quien culminó su carrera de maestro. Si decimos que el niño debe ser el agente de su propia formación nadie más obligado a cumplir la sentencia que aquél  que  la emplea y trata de hacerla realidad en otros”. Comenzaba a demostrar su preocupación porque el maestro estuviera a la altura de lo que se le pedía a los niños.

 En otra parte de sus documentos de aquella época dice: “Frecuentemente el maestro se sorprende al comprobar su desconocimiento  al respecto de cosas con las que está desde hace mucho tiempo en  contacto o conoce desde hace muchos años. Al realizar  su trabajo docente, el maestro, por su formación, es muy  cuidadoso  respecto a despertar en el niño hábitos de atención y sobre todo de observación.
Cabría pensar que no existe relación entre lo que se busca incorporar al niño en cuanto  a creación de hábitos  y la actitud corriente de quien por su condición de educador debiera poseer en alto grado tales hábitos”.

Para quienes conocieron extensamente a Grillo, y aquí está mucha gente que lo conoció,  hay ejemplos que yo no voy a leer como pensaba pero que sí les voy a recordar.

 Recordarán  que Grillo era capaz, con dos ramitas de eucalipto, una de los renuevos y otra de un árbol ya en desarrollo, de desarrollar durante horas una comparación a lo que él llamaba dimorfismo foliar, comparando que el tronco en una  es cilíndrico, en el otro es sección prismática; que las hojas están colocadas de distinta manera, que el color es diferente  en el as y el envés;  etc., etc. Pero todo ello desarrollando la capacidad de observación. Es importante señalar que con eso lo que se lograba era un método de trabajo, un método de autoaprendizaje que como tal es trasladable a nuevas situaciones.

Eso es tal  vez lo más valioso porque en un mundo tan dinámico como tenemos ahora, más que dar conocimientos hay que dar herramientas para llegar a esos conocimientos. Y eso era precisamente lo que hacía Grillo. De manera que como primera idea a rescatar de su hacer pedagógico nos quedamos con esta idea de que el niño debe ser un ente activo en su formación.

El hacer pedagógico debería desarrollarse alrededor de hechos concretos

El otro  aspecto que tenía que ver con esto es que todo el hacer pedagógico debería andar  alrededor de hechos concretos; en ese sentido la orientación de Educación Rural a la que pertenecía Grillo como uno de sus principales valores, trataba de motivar y aplicar todo el aprendizaje en las condiciones normales de la vida y así es que los distintos ambientes de la escuela eran lugares de trabajo normales y el salón era uno más entre esos lugares de trabajo.

Respeto por el saber popular

Otra cosa que me llama mucho la atención en el hacer pedagógico de Grillo es el gran respeto que tenía sobre el saber popular.

Él era muy respetuoso del saber del campesino y trataba de que  todos los maestros tuvieran una actitud de respeto y de aprender junto a los  vecinos de la escuela y esto está muy claro en algunos de sus escritos.
No voy a leer todo lo que escribió.

Él dice: “El maestro podrá empezar a conocer el medio desde su Escuela, dentro  de su Escuela. El material está al alcance de la mano. Por ejemplo podrá observar las actividades de los niños que llegan a la Escuela a caballo al desensillar, enfrenar, ensillar, subir al caballo, etc. A su debido tiempo y para realizar como deber una simple pregunta: el maestro desea saber las partes que puede tener un freno”. Y de ahí viene más de una media página analizando cómo una simple cosa, el freno del caballo que todos los días se usa,  daba un excelente material para profundizar en la observación, en la conversación y aprender a respetar el conocimiento del medio.

Esto también se ve  muy  claramente en una de las actividades que Grillo recomendaba  más y que eran las series de preguntas hacia los hogares, preguntas con muchísima profundidad en muchos casos.

Releyendo  los viejos documentos yo encontraba ciento y tantas preguntas sobre la lana y las ovejas. Grillo hace una referencia al pastoreo rotativo intensivo con otras palabras.

El pastoreo rotativo intensivo es una de las últimas modas en materia agronómica para las zonas ganaderas  de los últimos  cinco a diez años.

Grillo hace treinta años, con otras palabras,  estaba planteando este tipo de cosas.

Complementación del saber popular con el saber científico

Pero además de investigar y respetar el conocimiento del medio, Grillo complementaba muy bien lo que era   el saber científico  recurriendo a todas las fuentes de información disponibles en esa época, con el saber popular.

También releyendo estos papeles me encontraba   con algunas cosas como éstas: por ahí Grillo dice que   para plantar eucaliptos, pese a que todos lo libros dicen que es mejor plantarlos en primavera, es mejor plantarlos en otoño porque hay una serie de razones para ello y él fundamentaba su posición.

Lamentablemente yo el año pasado planté 600 eucaliptos y se me secaron todos.
Si hubiera releído a Grillo  antes de plantar los árboles muy probablemente no se me hubieran secado todos.

Eso muestra cómo la habilidad y el valor de Grillo es que sabía juntar el saber científico al cual podemos llegar desde los niveles académicos y de los libros y textos con el saber popular fruto de la experiencia.

Quienes lo conocimos sabemos todo lo que aprendimos de él en materia de construcción en las más diversas cosas pero siempre muy concretas. De manera que el segundo aspecto a rescatar del pensamiento de Grillo es el respeto por el saber popular  complementando lo que se aprende en medios académicos.

Lo que se aprende en la escuela aplicado al mejoramiento de las condiciones de vida del vecindario

Otra cosa que es indiscutible, que salta a la vista, es la preocupación porque  lo que se hiciera en la escuela tuviera aplicación inmediata en el mejoramiento de las condiciones de vida del vecindario al que está sirviendo esa escuela.

Esto más que nada se ve en materia agronómica pero no exclusivamente en materia agronómica.

Quienes tuvieron la dicha de ser alumnos de Grillo como la persona que va a hablar después, saben perfectamente el impacto que tuvo en la zona de trabajo Grillo en materia de  avicultura, apicultura, cunicultura, forestación, lechería, prácticamente en todas las áreas del hacer de la zona.

Pero la preocupación de Grillo no iba sólo a la materia agronómica. Yo recordaba hoy por ejemplo que hasta en corte y confección había  desarrollado un método que permitía a gente que no conocía fracciones trabajar perfectamente en ese tipo de tareas y entre otras cosas es muy rescatable en la época de Grillo la valoración de tecnologías apropiadas que hacía en todos los aspectos y que tenían indudablemente un impacto en el mejoramiento  inmediato de las condiciones de vida de los hogares a los que estos niños servían.

Coherencia entre el decir y el hacer

Yo diría alguna cosita más que es difícil de ejemplificar pero que es imprescindible decirlo. Hablamos que Grillo  fue más que un pensador un realizador. Grillo no era una persona brillante para expresar sus ideas pero tenía toda una trayectoria de vida detrás de esas ideas que era lo que daba valor a sus palabras. Entonces la coherencia del hacer con el decir es tal vez lo que daba ese tremendo valor a la figura de Grillo.

Era una persona sumamente modesta pero con una firmeza interior tremenda que todos valoramos sobre todo entre otras cosas, en los momentos a los que  hacía referencia el comunicado de adhesión de la FUM, la Federación Uruguaya del Magisterio, donde vimos la entereza moral de esta persona frente a los  más adversos momentos que le tocó vivir a la Educación Rural del país.

Y tenía además un gran respeto por la persona humana, cualquiera fuera su condición socioeconómica o su nivel cultural.

Compensación de déficit

Pero hay un aspecto que a veces nos pasa un poco desapercibido porque Grillo tuvo tantas realizaciones en tantas áreas que no es difícil que se nos escapen algunas de ellas.

Yo quisiera hacer referencia a un último documento para que sean las palabras de Grillo quienes lo digan.
Grillo está en esta parte hablando del jardín escolar, está preocupado por la compensación de los déficit que trae el niño en materia  estética endurecido por un medio  que es duro de por sí y hace estas reflexiones:

“En pocos aspectos la acción  compensadora de la escuela rural puede ser más positiva que en este terreno dada la influencia del medio sobre el niño, donde las actividades que en general realiza, determinan en él cierta insensibilidad para captar toda la belleza del mundo que le rodea.

Echar y atar terneros en días de lluvia o frío, arar o ir a buscar su caballo para concurrir a la escuela en mañanas heladas; pastorear animales con cerrazón, garúas o fuerte sol, son algunas de las tareas a que suele estar sometido el niño desde sus primeros años.

Estas actividades, su forma de vida y el encontrarse sumergido en el paisaje, debe originar su insensibilidad ante el mismo y ante muchas otras manifestaciones de belleza. Hay pues un gran déficit a llenar, sensibilizando al niño para que sea capaz de vivir plenamente los mil matices que embellecen su mundo.”

Quien puede escribir estas cosas evidentemente tiene una riqueza de sensibilidad interior que es un aspecto que no nos debe quedar subsumido dentro de la gran cantidad de realizaciones del maestro Grillo.

Valor actual de las ideas pedagógicas de Homero Grillo

Para terminar se me pedía algo así como el valor actual de las ideas pedagógicas de Grillo.

Yo recordaría dos cosas: una de ellas es que en este país más de la mitad de los niños están naciendo y creciendo en hogares pobres y por lo tanto sometidos a una serie de deprivaciones que condicionan muy significativamente sus posibilidades de desarrollo pleno y con ello se está condicionando también las posibilidades futuras de  todo el país.

Esa acción compensadora, esa educación   adaptada a la realidad que Grillo quería más que nunca, es válida en esta situación tan grave que nos toca vivir.

Y otra cosa que acabo de leer ayer: en nuestro país los niños de seis a trece años están más de cuatro horas en promedio sentados frente al televisor. La escuela tiene a los niños también cuatro horas, pero a diferencia del televisor la escuela los tiene ciento setenta días en el año y el televisor trescientos sesenta y cinco días. Es decir, los niños están expuestos al doble de horas de televisión que al horario en el que asisten a la escuela y otro punto de vista, nuestros niños se supone que duermen ocho horas, los tenemos cuatro horas sentados en la escuela  y otras cuatro horas están sentados frente al televisor por día,   nuestros niños están sentados o inmóviles descansando 16 horas  en uno de los períodos más vitales de la existencia como es la infancia.
¡ Si será válido el enfoque que el niño sea el agente de su propia formación! Gracias.

1990/12/11

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