Día del Maestro

Con motivo de celebrarse el Día del Maestro hacemos llegar a nuestros amigos el Credo del Educador.

Lo hacemos no sólo porque juzgamos que es éste un buen momento para replantearnos desapasionadamente la misión de los educadores sino también porque rescatando del olvido esta página que nos llama a la reflexión, al compromiso y a la ética (por decir lo menos) rendimos un homenaje a un Maestro ejemplar que a lo largo de su actividad como docente plasmó en obra riquísima aquello en lo que afirmó creer.

EL CREDO DEL EDUCADOR

Al recuerdo de mi madre, Isolina Mallarini de

Rodríguez, educadora ejemplar.

  • Creo en la fuerza todopoderosa de la educación, simiente de un porvenir sin sombras.
  • Creo en la gesta lúcida y paciente de las aulas, magníficos crisoles de una humanidad más noble y más altiva.
  • Creo en lo educadores auténticos, lo que cumplen su tarea como misioneros y no como funcionarios, seguros de que a sus manos está confiada la construcción de un mundo mejor.
  • Creo en la dignidad del maestro y del profesor que aleccionan con el ejemplo de su propia conducta y logran que el educando sienta devoción por sus deberes.
  • Creo en la Pedagogía que rechaza como desiderátum el mero acopio de conocimientos y se preocupa por una instrucción racional, convirtiendo a la sala de clase en un lugar de gratas revelaciones.
  • Creo en los valores fermentales de una palabra comprensiva y de un gesto cordial, que internan al niño y al adolescente en el ámbito culto de la vida de relación.
  • Creo que los centros de enseñanza no pueden realizar cabalmente sus trascendentales cometidos sin la colaboración decidida y constante de los hogares, el Estado y la sociedad.
  • Creo que el índice de la sensibilidad de un gobierno surge con elocuencia incontrastable de la atención que presta a los problemas educacionales.
  • Creo que la escuela campesina ha constituido y constituye uno de los más eficaces agentes del progreso.
  • Creo en la vigencia del pensamiento y en la permanente sugestión del quehacer de aquellos arquetipos del Magisterio que fueron, entre otros, Pestalozzi, Mann, Juana Manso, Almafuerte, Morris, María Stagnero de Munar, Gabriela Mistral.
  • Creo que gran parte de las glorias del género humano se ha de atribuir a la acción abnegada y silenciosa del Maestro de escuela.
  • Creo en la educación y en los educadores porque creo en la soberanía universal de todas las verdades, en el señorío sin fronteras de la belleza y en el tesoro sin tasa de la libertad.

Adolfo Rodríguez Mallarini

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